Introducción sobre los enemigos:
La violencia es un germen que afecta a nuestra sociedad. La manera de evitar que la violencia continué cobrando victimas es cambiar la venganza por el amor.
I. EVITE LA VENGANZA (vs. 38-42)
a. La ley de la reciprocidad directa, conocida como la ley de talión. (Ex. 21:23-25).
b. Jesús, de nuevo, da su interpretación de la ley. Nos dice que se debe evitar la venganza. (v.39ª) “Poniendo la otra mejía”, se refiere a un insulto mayor que una bofetada con la mano abierta o un puñetazo. (v.39b).
c. Si alguien te pide “la túnica” y “la capa” (v.40). En otras palabras, no debemos aferrarnos a nuestros privilegios y derechos. (v.41) Jerusalén era una ciudad ocupada por los romanos y los correos reales tenían el poder de obligar a las personas a prestar estos servicios.
d. Jesús dice que el creyente tiene el deber de ayudar. (v.42) Tiene como trasfondo (Dt. 15:7-11). Y nos enseña que no debemos negarnos a dar.
II. AMA A TU ENEMIGO (vs. 43-48)
Jesús nos da cuatro ejemplos con imperativos hiperbólicos de contrastes en cuanto al verdadero amor:
a. Se debe de amar al enemigo con todo y su hostilidad y maldad.
b. Se debe “bendecir”, es decir, hablar bien de aquel que nos maldice.
c. Hacer el bien a quien nos aborrece.
d. Orar, por los que nos ultrajan y nos persiguen
e. El amor de Dios va al extremo (vs. 45-48). Jesús nos dice lo sorprendente es amar a quienes nos odian. El que hace esto imita al Padre que es perfecto.
Conclusión sobre los enemigos
Cristo, nos dejó ejemplo de amar incluso a sus enemigos. Una de sus últimas palabras para sus adversarios fue una oración: Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lc. 23:24) No busquemos la venganza.